domingo, 12 de septiembre de 2010

Pisto con pollo

Ya sé que echarle carne al pisto es un sacrilegio y por ello merezco arder en la hoguera, pero es que llevaba tres días sin comerme un bicho muerto y el cuerpo me pedía proteínas. Bueno, yo os pongo la receta que acabo de hacer y ya vosotros la remodeláis al gusto. Además os cuento, he hecho tanta comida que me iba a salir por las orejas (se ve que esto de perder peso en Alemania es sólo cuando no tienes ni un duro); por eso os pongo lo que he hecho y entre paréntesis lo que creo que sería mejor para una sola persona, si es para dos va bien lo que yo he hecho. Ah, bueno, y otra cosa, a esta receta le pega un buen vino tinto y una buena compañía... pues yo me he quedado sin lo uno y sin lo otro. Vamos al lío:

Ingredientes

- Un ajo (un diente, no una cabeza, no me seáis mendrugos)
- Una cebolla mediana (mejor media o una peqeñita)
- Dos pimientos (mejor sólo uno)
- Una berenjena grande (lo mismo que la cebolla, mejor media)
- Pollo (si os gusta con más carne, le echáis más y si os gusta con menos carne, pues le echáis menos, yo le he ehcado )
- Tres tomates medianitos (tirando a más bien pequeños, es que aquí no hay de los otros)
- Aceite
- Sal (si lo hacéis sin carne, no hace fata)

Preparación
Cubrimos el fondo de la sartén con aceite y echamos el ajo pelado y cortado en tacos (no en laminas, que si no, se nos quema); antes de que se empiece a dorar (es decir menos de un minuto) hacemos lo mismo con la cebolla cortada en tacos no demasiado pequeños y esperamos a que esté pocha y luego echamos el pimiento. Vamos, esto que acabo de decir es un sofrito de toda la vida (sólo le falta el tomate), sólo que normalamente los ajos se cortan en láminas y la cebolla y el pimiento en trozos pequeñitos.
Cuando el pimiento ya está frito (lleva un rato más largo que la cebolla y el ajo), echamos la berenjena, igual, cortada en tacos y esperamos (porque la berenjena sí que se toma su tiempo) a que esté dorada y un poco pocha.
Si lo hacemos con carne, ahora es el momento de echarla ¿cómo? pues, efectivamente, cortada en tacos. Si es pollo (o cualquier otra carne blanca) hay que echarle sal previamente, si es ternera (o cualquier otra carne roja) creo que no hace falta. Cuando veamos que la carne ya ha cambiado de color y está tierna pues echamos el tomate cortado en trozos relativamente grandes, es decir, a tacos; y bajamos el fuego a fuego medio, lo tapamos y eperamos un rato, volviendo a remover de vez en cuando porque si no, se pega (no he dicho que durante todo el proceso anterior también hay que estar continuamente removiendo, porque es de cajón).
Ya veréis que el tomate es lo que más caldo suelta de todo, por eso se echa lo último, porque si no, todo lo que se echa después no se fríe, si no que hierve (se cuece en el caldo del tomate).
Cuando veáis que se queda sin caldo (o cuando todo esté tierno) es que ya está. ¡¡Que aproveche!!
Otra cosa, si queréis echarle más verduras/hortalizas (por ejemplo champiñones o cualquier otra cosa) yo diría que antes de la berenjena, especialmente si son congeladas, porque hay que esperar a que se evapore (casi) todo el caldo para echar la berenjena.

Hay una variante muy rica que es con carne picada en vez de pollo y con queso, pero las proporciones son diferentes, así antes tengo que consultar con la experta.

Probad la receta y decidme qué tal os ha ido.

No hay comentarios: