miércoles, 15 de diciembre de 2010

Érase una vez...

...un país (no voy a decir cual) que se preocupaba por la educación de sus ciudadanos más jóvenes.

Pero un día empezó a preocuparse de otros asuntos más serios, tales como construir muchos edificios en la playa y campos de golf y pádel o regarle a cada niño de 11 años un portátil.

Y entonces llegó la crisis.

Y ese país siguió preocupándose de cosas serias en vez de preocuparse de tonterías como la enseñanza/educación (o tonterías como ser un país productivo, pero de eso mejor hablamos otro día). Porque la enseñanza (como todo el mundo sabe) en realidad no sirve para nada. ¿De qué me sirve aprender inglés si nunca voy a ir a Inglaterra? ¿De qué me sirve aprender matemáticas si no voy a hacer una carrera de ciencias (o simplemente no voy a ir a la universidad)? ¿Para qué voy a aprender biología si no voy a ser médico?¿De qué me sirve aprender geografía si siempre puedo mirar en un mapa de carreteras (o en Google Maps que es más moderno)? ¿Para qué me sirve aprender historia si yo nunca juego al Trivial? ¿Para qué aprender filosofía si...? si nada, así, a secas ¿para qué aprender filosofía?

Así que la educación pasó a un segundo (o tercer, o cuarto, o...) plano. Pero, para que el analfabetismo no se notara demasiado, pues las autoridades competentes empezaron a regalar títulos (por ejemplo, Título de Graduado en Secundaria); así las estadísticas no se salían de madre y la gente estaba tranquilita y calladita.

Y entonces llegó el informe PISA, con el que se puede estar más de acuerdo o menos de acuerdo y que tiene muchos fallos y carencias; pero que ha venido a decirnos (a repetirnos tres años después) que la enseñanza en España ese-país-del-cuento-cuyo-nombre-no-voy-a-decir va de culo.

Y entonces llegaron los atletas y empezaron a doparse y la gente dejó de hablar del informe PISA. Porque, claro, como todo el mundo sabe, que los atletas se dopen es muchísismo más importe que el hecho de que partes de ese país del cuento como Ceuta y Melilla (¡vaya por Dios! creo que ya sabéis de qué país hablo) hayan salido peor paradas que Rumanía.

Y, por supuesto, no hay que olvidarse que ese país del cuento estaba en crisis. Así que por una vez los gobernantes de ese país decidieron mirar a los sabios clásicos y recordar una máxima de Hipócrates: "Los remedios extremos son apropiados para males extremos". Así que una región de ese país decidió tomar medidas extremas como ésta (pero no demasiado extremas como anular sus gastos de representación o reducir el número de políticos, eso nunca). Y lamentablemente el resto de las regiones le seguirán (fijaos que en esta parte del cuento no uso el pretérito indefinido, sino el futuro imperfecto).

Pero aún queda una pequeña esperanza. Los gobernantes de esa región de ese país del cuento que he contado se creían muy listos y pensaban que nadie antes había citado a Hipócrates; pero mucha gente antes lo había hecho. Uno de ellos fue Guy Fawkes en su "confesión" (tras ser torturado). Y ¿quién es este tipo? Pues alguien que intentó volar el Parlamento de Londres porque (en resumen) estaba MUY descontento con sus gobernantes.

Quizás vivo en el País de la Piruleta y creo que ese cuento no se ha terminado aún. Quizás creo que la única alternativa a la ineptitud de Zapatero no es la ineptitud de Rajoy. Quizás tengo demasiada imaginación y creo que "alles wird besser" (..."aber nicht wird gut"1 me dice el pesimista que vive en mi interior y al que dejo salir a la luz de vez en cuando). Quizás haya por ahí un Guy Fawkes que, esta vez sí, tendrá éxito en su empeño por cambiar el presente y el futuro. O quizás (aunque esto ya hay que ser MUY, PERO QUE MUY pardillo para creérselo) los políticos de ese país que un día empezó a preocuparse por cosas serias como campos de golf y portátiles para niños, esos políticos dejaron de preocuparse de cosas serias que les dieran muchos votos y empezaron a preocuparse de cosas IMPORTANTES (que no daban votos, pero que sí eran necesarias) tales como la educación de los más jóvenes. (Y ¡ojo! preocupación no siempre significa gasto de dinero... pero una inversión siempre ayuda).

1: "Alles wird besser... aber nicht wird gut" Todo se pondrá mejor... pero no se pondrá bien. Evidentemente, es alemán.

2 comentarios:

. dijo...

Gran post. Toda la razón, por desgracia.

Anónimo dijo...

Menos mal que de vez en cuando leo entradas de este tipo en blogs por aquí y por allá, para paliar el efecto que las noticias de actualidad tienen sobre mí. Se me salen los higadillos por la boca, básicamente. Un día me va a dar un infarto de la rabia pura.