viernes, 2 de septiembre de 2011

Feliz Año Nuevo

Pues sí, en alguna ocasión ya hablé de que para mí (y creo que para muchos de vosotros) el año no empieza el 1 de enero, sino después del verano. En realidad, empezará la semana que viene cuando se me acaben las vacaciones y vuelva a Öhringen; pero ya que acababo de comprobar que muchos de los blogs que leo (no sólo los de ahí a la derecha, hay más ¿o qué os pensabáis que hago en las horas muertas que tengo? ¿irme de bares?) han escrito una entrada de comienzo de curso (y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, el Guadalquivir por Córdoba y el Ohrn por Öhringen, de ahí su nombre) pues os cuento que sigo vivo.

Y ¿qué mejor forma de empezar el curso que haciendo un examen de alemán? Pues cualquier otra, pero como yo soy un poco rarito, pues he empezado así este curso. Las partes de comprensión escrita y comprensión oral fueron bastante bien. Ahora, la parte de expresión escrita ya fue harina de otro costal. Quienes leéis este blog sabéis que mi capacidad de síntesis es prácticamente nula, que cuando me pongo a escribir no hay quien me pare (supongo que será para compensar mi timidez a la hora de hablar); así que la redacción que supuestamente era de unas 125 palabras se convirtió en una redacción de 250 palabras (claro, que en 125 palabras no tengo espacio suficiente para quejarme, que era el tema de la carta) y la redacción de 250 palabras acabó conviertiéndose en el coño la Bernarda (con perdón), porque me pusieron un temita que ¡vaya tela! "Buscar pareja en internet" ¿no saben que tengo un blog? ¿por qué me limitan a 250 palabras? Las notas se suponen que tienen que salir el miércoles que viene, para entonces espero que el profe se haya acabado de leer la primera redacción, y SOBRE TODO espero que no sea muy duro corrigiendo, porque creo que lo peor no fue la extensión, si no que aparte de eso (que en realidad no es un problema de los gordos) sí tuve fallos de expresión y tal (y eso es lo que en realidad me fastidia, sobre todo porque es culpa exclusivamente mía).

Aparte de eso, el comienzo de curso ha ido bien. Mi sobrina ya va a la guardería, algunos contactos de facebook se quejan de tener que ir a trabajar (también es verdad que es porque yo les hago sangre preguntando, jeje), y algunos otros se quejan por no poder ir a trabajar (lo normal, vaya). La gran noticia de hoy será que es uno de septiembre y que vamos a gastar mucho dinero en la vuelta al cole. Y ayer (por fin) llovió en Córdoba (y yo no me mojé porque estaba escribiendo dos redacciones interminables de alemán).

Sin novedad, vamos.

Miento, sí que hay una novedad. Empieza el curso sin novedad en el frente. Voy a seguir en el mismo sitio del año pasado. Sin compañeros nuevos, sin gente nueva, (casi) sin alumnos nuevos, en el mismo país y la misma ciudad. Y es una sensación rara, la primera vuelta de verdad en siete años. La última vez que septiembre fue una vuelta y no un comienzo fue allá por 2004. ¿Será que me estoy haciendo mayor?

EDITO: Se me ha ido la pinza, hoy no es uno de septiembre, es dos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues no sé si será algo exclusivo de los que nos dedicamos un poco o un mucho a temas de enseñanza, que nunca hemos abandonado del todo la rutina escolar, pero sí: para mí el año nuevo también empieza ahora. El lunes que viene vuelvo a mis alumnos y sigo asociando septiembre con lo nuevo: nuevo año, nuevas caras, nuevos retos, zapatos nuevos para la nueva temporada de lluvias, una nueva carpeta en la que meter los papeles, nuevo todo. Nuevo todo y nuevo nada, porque este año septiembre tampoco es un auténtico comienzo para mí, es otra vuelta.