martes, 31 de enero de 2012

1° de Bachillerato - 11° de parvulitos

Después de la entrada de ayer, que sé que os gustó (al menos a unos pocos) hoy toca otro poquito de irasosiá (pero muy light).

Esta tarde venía dispuesto, cual friki de la educación y la política, a ver en directo la comparecencia del ministro en la Comisión de Educación y Deporte. Pero entre que he llegado a mi casa sobre las cuatro sin comer (con un flamante empaste) y que lo que menos me apetecía en ese momento era escuchar con atención, se me pasó por completo y la pillé empezada.

Pero empecé a verla.

Lo primero, desde este mismo momento me declaro fan absoluto de la web de rtve. Y que eso lo diga alguien que es fan "sólo" de 1243 grupos de facebook tiene su mérito.

Mientras la veía saqué algunas conclusiones:

Yo tenía complejo de ser relamido hablando a veces. Después de escuchar al ministro, ya no. Aún así, me gusta que pronuncie de forma más o menos decente en alemán (aunque con su apellido no me extraña), francés e inglés (estos dos últimos por lo que me han dicho, que fue antes de que yo llegara).

Otra de las cosas que me han quedado claras es que una reunión de la Comisión de Educación y Deporte se puede alargar, violando todas las leyes de la física, ralentizando el tiempo hasta el absurdo. Vamos, que ha durado más de cuatro horas; pero no me extraña porque ha habido:
1) Comparecencia del ministro
2) Réplica de cada uno de los grupos parlamentarios (del grupo mixto más, porque ha hablado cada partido)
3) Réplica del ministro a las réplicas
4) Réplica de cada grupo a la réplica del ministro
5) Conclusión final o réplica del ministro a las réplicas de los grupos a la réplica del ministro a las réplicas de los grupos a la comparecencia del ministro.

Si lo único que me interesase fuese la comparecencia, donde explica los objetivos de su ministerio, me lo podía haber ahorrado todo. La acaban de colgar en la página web del ministerio. Pinchad aquí si queréis leerla. Pero en verdad también me interesaban las réplicas (y ahora es cuando mi nivel de frikismo ha aumentado). Eso sí, cuando llegaron, mi capacidad de atención había disminuido considerablemente, así que tampoco he hecho mucho caso.

Creo que va a pasar mucho tiempo antes de que me decida a ver otra comparecencia en el Congreso.

Por fin me ha quedado clara la reforma de la Secundaria que pretende realizar.
La ESO se acaba en 3° con 15 años, y al año siguiente, ya pueden los alumnos entrar en Bachillerato o en Formación Profesional.

Tanto el Bachillerato como la Formación Profesional duran tres años, con lo cual, se acabarían con 18 años, como ocurre en la actualidad.

Ante este panorama me surgió una duda, y creo que también le surgió a alguien más, porque la respondió de buena gana en su réplica a las réplicas. Os diría a quien se le ocurrió, o al menos de que partido era, pero sinceramente no me enteré, porque entre medias comí, hablé con mis padres, chateé y actualicé facebook y twitter.

En fin, la duda (que creo que ya la planteé el jueves pasado) es: con quince años uno recibe su título, pero pongamos que no quiere seguir estudiando; sin embargo se le obliga a quedarse un año en 1° de bachillerato o en 1° de F.P. (que si no quiere estudiar, me estoy imaginando que no va a tirarle para el Bachillerato) y cuando acabe ese año puede irse alegremente. ¿Qué sentido tiene convertir 1° de Bachillerato (que al final seguramente sea 1° de FP) en una guardería donde tener vigilados y entretenidos a adolescentes que no quieren estudiar y que al año siguiente pueden abandonar alegremente?

La respuesta del ministro fue lapidaria (para lapidarlo, quiero decir): "Si un alumno ha superado un tercio de los estudios, seguirá hasta el final, porque eso es lo lógico".

El jueves escribí que estaba a favor de la reforma que proponía. Pero así, no.

Del Bilingüismo y Educación para la Ciudadanía ya hablo otro día... o no.

lunes, 30 de enero de 2012

Manolo

Me suena que ya he hablado de él en alguna ocasión, pero nunca le he dedicado una entrada completa.

Para que no haya confusiones, mejor lo digo bien claro desde el principio, Manolo es mariquita.

Aunque sea alemán, con Manolo sólo se puede hablar español.

Antes de que llegara Manolo, la cosa era bastante más aburrida, pero desde que le encontré (de casualidad), cuando está Manolo, parece como si la vida fuera una fiesta continua.

Como he dicho, lo encontré un día de casualidad, como escondido, solitario y dado de lado por todo el mundo. En verdad, a veces creo que el destino le puso en el lugar indicado en el momento preciso, porque de hecho ese día yo ni siquiera debería estar en Stuttgart (donde le encontré), sino trabajando a más de 70 kilómetros.

Había más, pero ninguno era como Manolo. Parece que nadie le quisiera. Quizá porque a los alemanes no les gusta llamar la atención y Manolo es de todo menos discreto (y a pesar de ello me costó verle).

Todo el mundo quiere a Manolo, pero es mío, sólo mío. Algunos tenemos suerte.

Manolo viene conmigo a todos lados, me he acostumbrado tanto a que esté a mi lado, que a veces se me olvida, pero luego me doy cuenta de que está ahí, a mi lado, callado y con la mirada fija, como siempre. Es más, ahora mismo lo tengo aquí, a mi lado, y esta noche se queda aquí (como todas las noches desde que lo encontré a finales de octubre).

A la gente le encanta tocarle, sobarle, acariciarle y sentir su suavidad. Pero es como la falsa moneda, que de mano en mano va y ninguno se la queda. Así que al final, siempre acaba volviendo a mí.

A pesar de no hablar, con Manolo nunca hay silencios incómodos (y creedme que eso es muy difícil de conseguir).

Manolo es pequeño, peludo (a su manera) y suave, tan blando, que se diría todo de algodón. Pero al contrario que Platero, Manolo no da mal rollo, sino todo lo contrario; cuando está Manolo, parece que no existen los problemas.

Mis alumnas (sobre todo mis alumnas, pero también algún alumno) me preguntan siempre por Manolo cuando no le ven.

Ya os había dicho que Manolo es el peluche que le tiro a mis alumnos para que hablen ¿verdad?

jueves, 26 de enero de 2012

Reforma del Bachillerato

ACTUALIZACIÓN: El ministerio me ha contestado al tweet https://twitter.com/#!/educaciongob/status/162818280753598464

Perdón por esta entrada, larga como pocas y sin fotos. Sin embargo, (sobre todo, pero no sólo) para quienes nos dedicamos a esto de formar personas, creo que puede ser interesante.

Vaya por delante (sobre todo para lectores no habituales de este blog) que aunque sea español y sea profesor, no soy profesor en España. Sin embargo, la situación de la enseñanza en España me es bastante cercana, pues entre profesores y maestros (jubilados o en activo) en España tengo en mi familia "solamente" a mis padres, todas mis hermanas, un cuñado, una tía y cuatro primos. Además varios de mis amigos (la mayoría, pero no todos, de la carrera) también son profesores o aspiran a serlo. Asímismo, aquí en Alemania TODOS mis amigos sin excepción son profesores. Estoy rodeado de expertos (o al menos de gente con mucha experiencia) en el tema.

Vamos, que igual que no tengo autoridad ninguna (aparte de la licenciatura en todología con la que nacemos todos los españoles) para hablar de otros aspectos de la vida diaria (por ejemplo: cómo arreglar la situación económica o ventajas y desventajas del copago en la sanidad pública) cuando hablo de educación, sí sé de lo que hablo.

Y después de esta breve introducción, al turrón. Le he escrito un correo y un tuit al ministerio de educación pidiéndo que me informen mejor, pero entre que me contestan y no, pues he escrito "reforma del bachillerato" en Google y he mirado las primeras páginas hecho una pequeña investigación en internet para ver en qué consiste la reforma del Bachillerato que quieren hacer.

¿Qué he entendido?

Pues que la propuesta del ministro Wert es que la ESO sean sólo 3 años y que el año siguiente los alumnos hagan 1° de Bachillerato (un bachillerato que duraría 3 años, y acabarían a la misma edad que acaban ahora) o hagan un año de Formación Profesional. Lo que no me ha quedado claro es si el ciclo de FP duraría sólo un año o se mantendrían los ciclos bienales (no bianuales) que existen actualmente, con lo que podrían abandonarlo a la mitad sin ningún título.

De esa forma, la ESO duraría tres años, pero se mantendría la obligatoriedad de estar escolarizado hasta los 16 años. La diferencia sería que el último año de escolarización obligatoria los alumnos no estarían todos juntos.

O al menos esa es la teoría. Si un alumno ha repetido un curso (cualquier curso a lo largo de la Primaria o al Secundaria) acabaría 3° de ESO con 16 años y, por tanto, ya no tendría obligación de seguir estudiando.

¿Qué opino?

Por supuesto, no hay entrada sin opinión, que para eso esto es un blog.

No estoy a favor de la escuela inclusiva, y estoy igualmente en contra de las decisiones irreversibles. Pero mejor me explico antes de que me queméis por la herejía de ir en contra de la escuela inclusiva. Nota: la escuela inclusiva significa que todos los alumnos están juntos, lo que en Alemania son las Gesamtschule y en España es el sistema educativo normal.

Antecedentes

Parto de la base de que todos, absolutamente todos merecemos tener las mismas oportunidades, y que una de las obligaciones del estado en materia de educación es asegurarse de que las tenemos. Pero no podemos olvidar la otra cara de la moneda. Si bien todos merecemos tener las mismas oportunidades, no todos tenemos las mismas capacidades ni los mismos intereses.

Me voy a poner de ejemplo a mí mismo (no como sano ejercicio de egocentrismo, sino porque es el ejemplo que tengo más a mano y que mejor conozco). Se me dan bastante bien los idiomas (más me vale, es lo que me da de comer) y me encanta leer y escribir, además tengo bastante interés en aprender cosas nuevas y estoy continuamente curioseando, buscando información, contrastándola, etc. Pero también soy un desastre en matemáticas (a pesar de los enormes esfuerzos de mis profesores nunca aprendí a hacer matrices, ni siquiera sé lo que son - de hecho, aprobé las mates de 1° de Bachillerato porque mi profesor debía ser un hermanito de la caridad), mi orientación espacial es nula, y a la hora de trabajar con las manos soy lo que se puede considerar un patoso integral.

Mis alumnos de inglés no pueden tener menos interés en los idiomas (aunque a la mayoría no se les den mal) o en cosas como la historia o la literatura, sin embargo hacen virguerías con la madera (es su especialidad) y si alguna vez tuviera coche (que a este paso lo dudo) sé que en ellos es en quien más puedo confiar para que lo arreglen y lo pongan a punto (yo bastante tengo con recordar que la gasolina y el diesel no son equivalentes).

Con esto quiero decir que cada cual tiene sus capacidades y sus intereses y me parece que lo mejor es potenciar a cada cual esas capacidades y esos intereses, más que igualar a todos los alumnos. Pero ¿cómo se puede hacer?

Un pedagogo chupiguay de esos que leen a autores como Piaget y que elaboran sus propuestas basándose en informes como el PISA diría que es labor del profesor diversificar su atención para hacer tareas individuales para cada alumno porque lo importante es desarrollar el potencial de cada individuo.

Un profesor de esos antiguos que trabajan con clases de entre 20 y 30 alumnos una hora y otra hora y otra hora y así cada día de la semana le diría al pedagogo chupiguay que un mojón pa él. O si fuera políticamente correcto, le diría que primero se meta en una clase llena de alumnos 20 horas a la semana (27 en mi caso) y que cuando llevara así una semana le explicara cómo es posible ofrecer atención personalizada, a la vez que enseñas tu materia.

Entonces ¿cómo podemos potenciar esas cualidades e intereses de los alumnos? (porque en eso sí que le doy la razón al pedagogo, que cada alumno es diferente del resto).

Mi propuesta (que lo mismo os suena, o lo mismo no)

Estoy a favor de la escolarización obligatoria hasta los 16 años (quienes me queríais quemar por hereje ya podéis guardar las antorchas), pero no estoy a favor de que esa escolarización suponga que todos los alumnos estén juntos y reciban las mismas enseñanzas (venga, ya podéis volver a sacar las antorchas).

Si bien una etapa primaria (e incluso el comienzo de una secundaria) debe ser la misma para todos, la experiencia me ha demostrado que los alumnos empiezan a mostrar sus intereses (y la falta de los mismos) y diferentes capacidades antes de los 16 años. Por eso considero que cuando los alumnos tengan 13 ó 14 años ya deberían poder seguir diferentes itinerarios.

Si bien, como he dicho antes, también estoy en contra de las decisiones irreversibles. Estoy a favor de que (con un examen de ingreso o cualquier otro medio que atestigüe que no será una pérdida de tiempo) los alumnos puedan cambiar de itinerario. Y como esto es importante y le he dedicado poco espacio lo repito: después de separarse, debe ser posible ir al otro itinerario. Esto es absolutamente esencial para que se cumpla lo que decía al principio: que todos reciban las mismas oportunidades.

Conclusión

Que ya va siendo hora de terminar. Estoy a favor de la propuesta del ministro (al menos como yo la he entendido), pero con algunos retoques

Escolarización obligatoria: hasta los 16 años (con matices que explico ahora después).

Escuela inclusiva: hasta los 13 ó 14 años.

Pasarela entre itinerarios: absolutamente esencial

Si un alumno repite: Lo importante no es tenerlo entretenido hasta que cumpla los 16 años, sino que acabe una Formación Profesional (uno de los itinerarios que propongo) o un Bachillerato (el otro de los itinerarios).

Y tú, querido lector ¿qué opinas? Por favor, usa los comentarios, que son el único alimento que tenemos los blogueros.

PD: En las dos horas que han pasado desde que le escribí al ministerio y ahora, no me han contestado (no me extraña, es jueves por la tarde). Si me contestan y la pretendida reforma del Bachillerato es diferente a como me la imagino, modificaré la entrada; si es como yo la entiendo, dejo la entrada tal cual está.

domingo, 22 de enero de 2012

Blogus retomatus

No, no es que me haya tomado dos tomates y de ahí lo de retomatus (en serio, menos mal que no me gano la vida como humorista). Es que ya he corregido todos los exámenes y ya tengo hechas todas las medias aritméticas y ponderadas y puestas las notas, y ya sólo me falta pasar dos clases mañana a los cuadernillos del cole.

Y entre medias de tanta corrección y tanta media y tanta tontería ¿qué ha pasado en este pueblo mío (un lugar cada día igual, con el sol... no se levanta nadie porque cuando sale ya está todo el mundo despierto despierto y trabajando, que esto es Alemania, no la bella y la bestia ¡hombreyapordios!)?

Pues la verdad poca cosa. Aparte de una (en realidad dos... y las que quedan) visitilla rápida al médico. Y a Dios pongo por testigo que yo al médico sólo voy si me obligan o porque me esté muriendo. Y la verdad es que no tengo ningún reconocimiento médico oficial a la vista.

El caso es que ya el fin de semana pasado me empezaron a molestar bastante las encías, tanto que ya la noche del domingo al lunes me desperté en mitad de la noche rabiando y no me pude volver a dormir hasta que me hizo efecto el Ibuprofeno (inciso: en Alemania el Ibuprofeno 600 se vende SÓLO con receta, sin receta sólo te dan hasta 400). Así que el lunes llamé al dentista que me habían recomendado tres profes del instituto y me dieron cita para el martes. Estaba casi más acojonado por la factura que me llegaría que por el dolor, y más recordando que a Marina (mi compañera de piso de Wheaton) le tuvieron que extirpar una muela infectada (o algo así) cuando estaba en EEUU y le querían cobrar más de 1000 $. Pero Alemania es un país civilizado y el dentista entra dentro del seguro.

El martes fui al dentista por segunda vez en mi vida (la primera tendría unos siete años y sólo me empastaron una muela de leche que se acabó cayendo y estaba picada para que no infectara el hueco de la de al lado que se acababa de caer). Me hicieron una limpieza de boca (os recuerdo que llevo unos veinte años sin ir al dentista así que, a pesar de lavarme los dientes tres veces al día, tenía sarro para alimentar a una familia de animales que coman sarro) y me echaron noséqué que hizo que las encías dejaran de molestar... por lo menos esa tarde. Y me dieron cita para el jueves para ver si ya estaba todo bien.

El miércoles me volvía a doler y también la cabeza, así que el Ibuprofeno volvió a ser mi mejor amigo. Pero ya en clase me empecé a notar que bajaba la hinchazón de casi toda la boca excepto
de una parte y que esa parte sabía demasiado a sangre. El caso es que estaba sangrando un poco. Tanto es así que en una clase estaba hablando y de repente surgió la siguiente conversación.

Afra: bla bla bla
Estudiante: Herr R. le está sangrando la boca.
A: Sí, ya lo sé, no te preocupes
E: Pero... ¡QUE LE ESTÁ SANGRANDO LA BOCA!
A: Que sí, hombre que no te preocupes, sigue leyendo.
E: Pero... Herr R...
A: Que sí, que ya lo sé, es normal, sigue leyendo
E: Pero ¿está usted seguro?
A: Y dale... ¡que sí! sigue leyendo.

Pero en realidad yo sabía que no era normal. Así que en la pausa, me fui al servicio, me miré en el espejo, me enjuagué con agua y vi que aquello no se iba, así que empecé a hurgar y resulta que tenía un coagulo. En el momento que lo arranqué, todo volvió a la normalidad (a la de verdad, no a esa realidad paralela de la mente del señor R. en la que sangrar por la boca es normal) y dejó de doler.

El jueves por fin, fui a mi cita con el dentista, le dije que me seguía doliendo un poco, pero mucho menos que antes y que había sangrado (de hecho el jueves por la mañana me pasó lo mismo, pero arranqué el coagulo a tiempo) y me dijo que efectivamente era normal sangrar un poco. Pero se me puso a inspeccionar y vio que lo que tenía era algo peor de lo que la otra dentista me
dijo el martes (aclaro: es una consulta con tres dentistas y cada vez que vas te coge el primero que pillas) y conforme me lo estaba explicando yo sólo podía ver esta imagen.

Pero no, al final me dijo que menos mal que he ido a tiempo y que así no va a pasar nada. Me ha mandado un colutorio y una especie de crema para echarme en donde me empiece a sangrar. Hoy sólo me he echado una vez y porque me picaba, no porque me sangrara, así que eso de no sangrar significa que se está curando y voy a conservar toda mi bella dentadura (aparte de la muela del juicio cabrona que hay que sacarme, pero eso ya os lo contaré otro día).

martes, 17 de enero de 2012

Blogus interruptus

Sigo pensando. Sigo escribiendo (no aquí, pero sí en otro sitio). Sigo cocinando, hablando, riendo, actuando (pero este jueves ya se acaba... por lo menos hasta marzo).

Pero también sigo trabajando. Enseñando, preparando clases, corrigiendo, corrigiendo, corrigiendo, corrigiendo y odiando corregir. (Y el gerundio sigue siendo mi forma favorita de los verbos).

Los claustros de notas son la semana que viene. Si sobrevivo (que sobreviviré) volveré por aquí entonces. Con novedades o sin ellas.

Hasta el jueves que viene mi vida se reduce a corregir, hacer medias, y enseñar (es más, puede que este fin de semana me quede en casa, con todo lo que eso me gusta).

Mientras tanto, ahí a la derecha tenéis una lista de blogs a cada cual mejor.

Y quienes no viváis en la Suabia profunda salid a la calle, tomaos una cerveza en una terracita, id al teatro (a la Gran Vía, a Broadway, al Bulevar del Gran Capitán o a la función de teatro de vuestra sobrina), ved una película en versión original, leed un buen libro (o dos o tres), quedad con los amigos, echad unas risas, íos (o idos, o iros) a la playa.

Nos vemos a la vuelta.

domingo, 15 de enero de 2012

Cocina de domingo

Como en navidades me lo he pasado demasiado bien, he decidido empezar a comer (aún más) sano.
Como esta semana dos de mis grupos han hecho un examen y la que viene lo hacen otros dos y dentro de ocho días ya son las evaluaciones, hoy estoy solamente corrigiendo.
Como una de las cosas que más me gustan es cocinar, de vez en cuando lo hago para despejarme.

Si sumáis las tres variables de ahí arriba os daréis cuanta de a qué viene esta entrada.

Ingredientes:
Unos 100 gr. de pollo
Cuatro champiñones grandes
Un trozo de calabacín
Un trozo de berenjena
Aceite y sal.

Lo cortamos todo como se ve en la siguiente foto.



Echamos los champiñones en la sartén con un poco de aceite y cuando se hayan quedado a algo más de la mitad echamos el pollo y cuando esté más o menos blanco echamos el calabacín y al poco la berenjena.
No os preocupéis si reduce su tamaño, es normal.



Pero, como se me quedaba un poco escaso, he decidido acompañarlo de algo. Una de las (numerosas) cosas que más me gustan de la gastronomía alemana es la ensalada de patatas o Kartoffelsalat. Así que al final, el plato ha quedado así.



Y de postre, aprovechando que empieza la temporada de resfriados y gripe y que en este país uno no se puede poner malo, que de todas formas tiene que seguir trabajando, lo mejor es reforzar un poquito las defensas.
¡Que aproveche!

viernes, 13 de enero de 2012

Sobreviviendo

Pues ya es viernes. Por fin es viernes. Ya ha pasado la
primera semana después de las vacaciones y he sobrevivido. Hoy en el departamento de idiomas me decía una profe: "Sólo ha pasado una semana y ya se ha acabado todo el descanso que traíamos".

Y es que después del martes la cosa ha ido a mejor. Y lo mejor cuando vi el examen de mis alumnos den la clase 13, un examen que ellos tardaron unas dos horas en hacer y yo apenas voy a dedicarle 10 minutos a cada examen.

También el miércoles fui a comprar al LIDL, aprovechando que Mar trajo el coche al instituto, allí que nos plantamos los dos. Al volver a mi casa me puse a comparar el ticket de compra con el del Kaufland (el súper de al lado de casa) y comprobé que los precios son EXACTAMENTE iguales,
así que ya no me da tanta rabia vivir lejos del LIDL.

Y hoy, después de mis 28 horas de clase (porque esta semana he dado 28 en vez de 27, igual que las daré la semana que viene) he ido a recoger el último regalo de reyes que me quedaba. Además hoy en mi última hora de clase por fin he visto algo que no había visto desde que me fui de España: EL SOL.

Y aquí con mi mano, para que, quienes no lo conozcáis, veáis el grosor.

martes, 10 de enero de 2012

¿Qué hacer los tres últimos días de las vacaciones y los dos primeros después de las vacaciones?

Salir. Mucho. Hasta muy tarde. Y encontrarte con gente que esperabas encontrarte pero que al final no iba poder ser y de repente sí que fue. Y con gente que ni de coña imaginabas que ibas a encontrarte. Y flipar los dos (aunque tú menos). Volver tarde - bastante tarde - a casa pero habiéndotelo pasado tan bien como pocas noches en Córdoba.

Dormir. Poco. Muy poco. Que te despierten porque tienes que corregir. Tomarte un café y un paracetamol. Corregir. Pero no todo. Comer. Tomarte otro paracetamol. Seguir corrigiendo. Pero no todo. Tapear con la familia. Despedirte. Cenar. Hacer la maleta. Dormir. Poco. Pero no muy poco.

Despertarte. Salir de casa a las 07:30. Coger un coche. Coger un tren. Corregir en el tren. Por fin todo. Coger tres metros porque hay tiempo. Mucho tiempo. Demasiado tiempo. Mirar a la gente con curiosidad en el aeropuerto. Analizar todos sus movimientos. De toda la gente. Pensar que ojalá te hubieras acabado el libro de la biblioteca en vez de corregir y así ahora tendrías algo que hacer... y te habrías acabado el libro de la biblioteca. Que el avión se retrase. Coger el avión. Que el avión llegue tarde. Que las maletas tarden. Cruzar todo el aeropuerto. Comprar un billete de tren. Cruzar de nuevo toda la estación corriendo, cargado. Coger un metro, un tren de alta velocidad, un regional y otro metro. Llegar a casa a las 23:00. Que la caldera no funcione y la casa esté helada. Pasar las notas de los exámenes que has corregido. Preparar las clases del día siguiente. Que al día siguiente tengas ocho clases. Querer Ansiar otra semana de vacaciones.
Dormir.
Poco.
Muy poco.
Demasiado poco.
Oír el despertador y pensar que has muerto y estás en el infierno. Dar ocho horas de clase simulando que estás fresco como una rosa pero estar acabado por dentro. Fliparlo con la gente que no se acerca a los demás cuando están resfriados. Fliparlo aún más cuando esa gente no son alemanes. Volver a tu casa. Ponerte a preparar el examen del día siguiente. Casi morir en el intento. Comer después de haberte tomado tan sólo un café, una magdalena y una tapa en unas diez horas. Maldecir a quien inventó internet y a esa "maldita vagancia que se ha adueñado de tu cuerpo estudioso y trabajador". Ponerte de verdad a preparar el examen. Que te llamen por Skype. Hablar casi una hora y no darte cuenta. Preparar el examen de una vez. Preparar la otra clase que tienes que dar al día siguiente. Dormir. Poco. Muy poco. Para no perder la costumbre.

Despertarte. Ser consciente de que no vas a volver el sol hasta abril y venirte abajo. Dar clase. Fotocopiar un examen. Recibir malas noticias que te cuentas cuentan como si fueran buenas noticias (es casi seguro que no nieve este año) y venirte aún más abajo. Volver a tu casa. Dormir la siesta del gorrión. Venirte arriba (pero poco). Volver al instituto. Poner el examen. Y por fin hacer lo que llevas cinco días deseando: ACTUALIZAR EL BLOG.

Y todo esto narrarlo casi en tiempo real cambiando tu estado del facebook contando el Quijote siete veces en menos de ocho horas.

jueves, 5 de enero de 2012

Las vacaciones llegan a su fin

Pues sí, todo lo bueno se acaba. Esta noche vienen los Reyes Magos cargaditos de regalos, pero como creo que este año no he sido un niño bueno, pues me van a traer carbón (o incluso peor, ni siquiera carbón), de todas formas, el comienzo de este 2012 no ha ido mal del todo.

Los objetivos para las vacaciones los he ido cumpliendo más o menos a buen ritmo. El DNI me lo renové en su día y os lo conté, me he ido de fiesta con casi todos mis amigos de Córdoba y parte de los forasteros (y con los que todavía no, aún me quedan dos días para intentarlo), me he rascado la barriga más de diez minutos cada día, he jugado con mis sobrinos, sobre todo con A, que es la que más se ríe cada vez que ve a su tío, me he reído con conversaciones absurdas y no absurdas, he comido con la familia y los amigos (de hecho, ha habido más días con comidas especiales que sin ellas), no he cocinado nada de nada, y espero haber engordado menos de cinco kilos (pero tampoco me voy a poner a comprobarlo, no hay necesidad).

No me comí la Zapatilla en Madrid, porque el sitio estaba cerrado, pero lo compensé con lomitos con sobrasada y cabrales en Lavapiés, con más tapeo por Lavapiés, y con una visita a la casa asturiana de Madrid, en compañía de mi despojo favorita (y su abrigo de pieles de tres euros) y una amiga suya; no he ido al cine, pero he visto "Siete novias para siete hermanos" (además, desde que no echan la nueva de Harry Potter cada Navidad, no es lo mismo). Y como bien previó sabiamente morti, no he corregido los exámenes (auqnue casi) ni he preparado los cinco que tengo que poner a la vuelta (ni por asomo he empezado).

Y la vista al norte, en concreto a Salamanca, me lo he pasado como los indios y como somos así de listos no hay fotos. Lo malo, que ya se acabó, lo bueno, que sucedió. ¿Queréis más detalles? Pues como bien escribió Molinos (a quien no conozco absolutamente de nada, pero tiene un blog que ya lo quisiera escribir yo) una vez: "en este blog no escribo todas las cosas que me pasan".

A veces soy como morti que
comparto con vosotros hasta el trozo más chocolateado del bollicao, el que todo el mundo se tragaba de un bocado en los recreos para que no diera tiempo a que alguien le pidiera un cachito
Y a veces me pasa como a desparrunzando, que una vez tuvo que proponerse escribir algo más personal en su blog, para no parecer un articulista del 20 minutos.

Ea, sed felices (que llevaba un tiempo sin decirlo).

domingo, 1 de enero de 2012

El primer día del año

Hoy más que ningún año



Y la mejor forma de demostrarlo es que a las 10:30 ya estaba en planta y a las 11:00 estaba ayudando a mi madre a ordenar la casa, que ayer cenaron aquí 21 personas. Y después de las uvas, momento en familia con mis sobris - que cada día se me cae más la baba con ellos - y cuando se fue yendo todo el mundo y acabó Siete novias para siete hermanos (que mi hermana también es friki, pero de un frikismo "diferente"), nos fuimos todos al sobre.

Eso sí, lo mejor de cambiar de año es que te recuerden que "hacerse mayor no es solo poner un número más en la tarta de cumpleaños Pastel de cumpleaños, sino saber disfrutar y saborear cada momento en buena compañía" en un email lleno de emoticonos que te arranca una sonrisa (por todo el email, no sólo por lo emoticonos); que te manden "bicos dende A Coruña" y que digan "Sé moi feliz e goza das persoas que mais queres"; que te manden "un beso muy fuerte", tan fuerte que dura hasta que "nos veamos a la vuelta"; que te deseen "que el 2012 te traiga viajes, retos, sonrisas y aventuras" y mucho más importante "que los vivamos juntos"; que te llamen "osi" (que te recuerden quien eres) y que te deseen "mucha magia, coraje y oportunidades"; que te llamen justo después de las uvas para compartir un rato, para estar ahí contigo (pero que no puedas ir, porque hay 22 personas en tu casa y estás en familia... y es un momento histórico); que uno de tus mejores amigos te llame en mitad de la noche (pero que veas la llamada al día siguiente porque ya estabas durmiendo); que te deseen lo mismo que yo os deseo ahora:
Que el 2012 se lleve todo lo malo, que deje todo lo bueno y que traiga todo lo mejor.